miércoles, 29 de abril de 2009
El mañana... junto a tí
Ven...
acércate a mi,
deja que agarre tus manos con las mías...
Ponlas sobre mí, así...
mírame a los ojos.
Te quiero... desde el primer día...
Te quiero hasta el fín...
Quisiera poder robar tus temores, la tristeza...
llevarme lejos la pena...
volver a hacerte feliz.
Bésame cariño...
y descansa aquí en mi pecho...
Encadena tus manos a mi cuerpo
y olvida el miedo dentro de mí...
Mañana llegará...
y yo seguiré a tu lado.
Se irá la pena, los temores...
y el futuro será más maravilloso de lo que nunca imaginamos...
El mañana... solo existe junto a tí.
sábado, 25 de abril de 2009
Carroña
" He d'explicar 5 coses que odio :
1. El sobrepès: pesar més del compte és falta de perfecció física, que normalment comporta una falta de disciplina mental. Si aquests homes i dones grassos haguéssin de córrer darrere un lleó, com en els bells temps, ho tindrien ben cru. Ara treballen d'informàtics i tenen dret a fer-se millonaris. Alguna cosa va malament, em dic.."
Lo firma un tal Vanity, que como su propio nombre y el gran delirio de sus blogs indica, de modestia y orgullo anda bastante sobrado. Admiro la capacidad torrencial de sus pensamientos, crítica desmesurada y una visión bastante personal del mundo, pero... todo este despliege de brillantez se va por la taza del water cuando alguien que va de intelectual desencantado de la vida con 23 años hace una afirmación tan ignorante y adoctrinada por esa sociedad de la que él mismo se molesta de renegar en cada una de las entradas de sus múltiples blogs.
Sea una afirmación verdadera o, intencionadamente colocada a modo de transgresión cotidiana, es preocupante ver como el grueso de nuestra sociedad vive infectada de ideas muy semejantes a éstas.
Resulta que el gordo es gordo por su culpa, por comer demasiado y no tener fuerza de voluntad, el drogadicto está de mierda hasta el cuello porque él se lo ha buscado, el fracasado por no tener ganas de mejorar, el deprimido por meterse cuentos chinos en la cabeza y la persona maltratada, violada o humillada, es merecedora de ésto por no revelarse contra la opresión y salir de su estado actual. Vivimos en una sociedad egoista e individualista, que inteligentemente ha sabido transmitir los problemas de los que es creadora, para que se traspasen las responsabilidades a las personas de forma individual.
No pretendo hablar hoy ni ahora mismo de todas las injusticias sociales ni hacer un catálogo con lo razonablemente conveniente para cambiar esta situación, ya que mis saberes y mis puntos de vista son muy humildes y escasos. La diferencia es que sé de lo que hablo. Y también sé lo que detesto... y desprecio a personas como éstas, que viven felizmente merendándose la primera mierda que la sociedad les ofrece en bandeja, creyéndose más perfectos e inteligentes que los demás.
Desde todos los medios se nos ofrecen unas visiones irreales de cómo debe ser el estándar de felicidad del ciudadano medio : tener unos estudios superiores, un trabajo destacable, ganar dinero que es el motor que aproxima al éxito, un buen físico, un consumo desbocado, autocontrol, obediencia, sumisión a las normas establecidas y un largo etcétera que el ciudadano medio debe cumplir para estar socialmente aceptado y bien visto. Nadie que desee una vida más o menos cómoda y estable puede renunciar a eso, pero... no debemos dejarnos engullir por todas las presiones que nos envuelven en el día a día.
Todos tenemos un camino hacia nuestra felicidad personal, que no siempre es la misma. A medida que crecemos nos vamos dando cuenta de que no somos más felices por ser más guapos, ni más ricos, ni estar más buenos, ni por tener un trabajo envidiable, al que hemos llegado lamiendo todos los culos posibles para trepar hasta lo más alto... confio en que una parte de la población sea sensata en este sentido y aprenda a desprenderse de las falsas ilusiones que tan bien nos han vendido, con el único fin de que sigamos tirando del carro, para que los que son más listos se sigan aprovechando de los que somos más tontos que ellos.
Si, tengo sobrepeso... si, carezco de una perfección física... reconozco que el día de mañana, si salgo a correr por la sabana africana me morderá el culo un león, por mi escasa disciplina mental, pero me es gratificante pensar que no muy cerca de allí, aquellos que se creen más guapos y listos que los demás formarán un gran montón de estiércol, que servirá de banquete a los buitres carroñeros, esos que se alimentan de la ignorancia colectiva social.
Abramos los ojos a lo evidente... la perfección no existe.
Intentemos ser felices con lo que tenemos, que no es poco...
martes, 14 de abril de 2009
Desde el suelo...
viernes, 10 de abril de 2009
Monstruos o la belleza convulsiva ...
Leo las siguientes palabras y me conmueven :
" Solía adorarlos. Aún adoro a algunos de ellos. Con esto no quiero decir que sean mis mejores amigos, ellos me han hecho sentir una mezcla de vergüenza, temor y asombro. Existe una especie de leyenda acerca de los monstruos. Como esa persona que en un cuento de hadas te detiene y te exige que resuelvas un acertijo. La mayoría de la gente se pasa su vida temiendo pasar por una experiencia traumática. Los monstruos nacieron con sus traumas. Ellos ya han pasado su prueba."
Son las palabras de Diane Arbus, una de las mejores e inusuales fotógrafas del s.XX , tachada de decadente y de mal gusto por unos y de respetable y digna de culto por otros, cuya vida se transformó en un circo, tan frenética y deforme como los seres que su cámara retrataba.
Arbus liberó sus demonios particulares, sus pasiones, sus miedos y extravagancias a través de la fotografía. Lo hizo a través de un conjunto de fotos pobladas de personajes singulares, retratando un lado oscuro de la realidad que estaba poblado de monstruos arrebatadoramente humanos, seres estrafalarios y dramáticos, como sacados de una pesadilla. Inmortalizaba con una emoción, sensibilidad y sutileza característicos, donde se dejaba entrever un lado humano que cautivaba, por singular y perturbadora que fuese la fotografía.
Así fue Arbus, la dama que se dejó devorar por sus propios monstruos, aquella que salió del bienestar de su acomodada familia y se arrastró en la noche por todos aquellos rincones oscuros y sucios, en busca y captura de almas castigadas de las que alimentarse, de seres terroríficos, yendo al encuentro de lo grotesco y lo bellamente horrible... vagos, borrachos, fenómenos de circo, nudistas, prostitutas, travestidos, parejas de barriadas pobres, retardados, niños especiales, gemelos, enanos, gigantes, locos, pervertidos, exhibicionistas...
Diane se sumergió en la oscuridad, depresiva, caótica, desenfrenada, exhibicionista, se aficionó a las orgías, a la masturbación en lugares públicos, a disfrutar de sus propios monstruos, tanto hombres como mujeres... enardeció ante un mundo que la arrastraba, un mundo al que no pertenecía, pero que hizo suyo... y se suicidó.
Supe de esta fotógrafa y de su singular historia por una película que ví, un día cualquiera en un época de mi vida en la que algo bullía en mi interior. "Retrato de una obsesión" abrió una pequeña fisura en mi interior que dejó salir algunos de las perturbaciones que llevaba dentro, sin ni si quiera yo saberlo.
Me cautiva su historia, su recorrido y su trágico final... pero lo que de verdad me conmueve y me convulsiona por dentro es leer que la fascinación de Diane empezó por descubrir que los monstruos no eran imaginarios, sino reales. Esos seres (enanos, idiotas, contrahechos) siempre habían sido para ella motivo de atracción, de reto y de temor porque constituían un desafio a muchas convenciones. El terror estaba vinculado a lo que yacía en lo más profundo de su subconsciente. Cuando contemplaba deformados, deficientes... pensaba en un ser oculto y antinatural que llevaba dentro de sí misma. En su infancia le habían prohibido que mirara todo lo que fuera anormal, y como se lo habían prohibido, Diane los miraba con una profunda atención, desarrollando una misteriosa simpatía por toda rareza humana.
Todos los seres que retrató estaban empañados por una belleza frenética. Sus fotos fueron ese espejo donde pudo conocer(se) y descifrar(se) esa monstruosidad que en algunos vive muy bien guardada y que en otros se escapa a la superficie como una extraña metáfora que cala los huesos.
Al igual que Arbus, yo también me asomé a ese espejo alguna que otra vez
y también sentí que la imagen que se veía reflejada me devoraba...
Hace tiempo que encerré a mis monstruos bajo llave.
y también sentí que la imagen que se veía reflejada me devoraba...
Hace tiempo que encerré a mis monstruos bajo llave.
martes, 7 de abril de 2009
Esto es la soledad...
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