Ir y venir,
arriba y abajo,
dentro y fuera.
La vida es un ajetreo continuo.
Y pequeños detalles te recuerdan que
hay que pararse a respirar, pensar y
dejar que algo nos emocione.
Por eso después de tanto tiempo sin pararme a
escribir, ni siquiera a dejarme llevar, he vuelto.
A escribir, a agradecer a quién anda por aquí
y a permitirque mi ojos vuelvan a brillar.
Comparto esto con vosotros.
Seguro os gusta.