Tengo un agujero en la pared.
Una descarada ñapa blanca que,
ya estaba ahí cuando llegué, y que,
probablemente seguirá cuando me vaya.
Pese a los retoques y las capas de pintura,
los agujeros siempre permanecen,
como los borrones del pasado
en las blancas páginas de nuestra vida.
Pienso que ese boquete es el centro justo
por el que se escapan los malos momentos,
las angustias, los miedos, las preocupaciones...
El desagüe de la rutina
y los días para olvidar.
El resto de la vida que fluye y
no se escapa por ese agujero,
es lo que hace de este perfecto sitio,
lo que hoy llamo mi hogar.
5 comentarios:
Esperemos que ese agujero nunca se llene completamente.
Un Beso :)
Muy bueno, felicidades.
Las cosas que te hace reflexionar son increíbles: una gujero, una grieta, una resanada.
La forma en que la aplicas a tu vida es inmejorable.
Saludos
vaya, jeje, tenemos el mismo color en las paredes del salón.
Muchas gracias por los comentarios... pensé que iban a tacharme de garrula por hablar sobre el boquete de la pared de mi comedor xD.
Besos!!
Hermosa pintura poética.
Saludo y beso
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