martes, 22 de junio de 2010

Muerte cerebral



Sentí el crujir de las neuronas
implosionando en mi cabeza.

Un silencioso vacio se hizo en mi interior.

Ya no podía pensar, ni sentir, 
ni razonar ni llorar.
Mi cerebro había muerto.

Lo celebré con alegría.
Aunque no pudiese sonreir.



1 comentario:

antonio dijo...

Bello.
Pero muy triste,
SALUDOS Y GRACIAS POR EL ANCLAJE.