miércoles, 25 de agosto de 2010

Hasta el fin...




No hay marcha atrás,
porque la vida ya te arrastra
y te empuja hacia el fin.

Quisiera haberme arrepentido menos,
no hacer daño a quién no
lo merecía y aprender,
mucho antes de que llegaran
los errores.

Pero no hay vuelta atrás.

La experiencia es una vieja
conocida que no cesa.
Aprendo a golpes lo que
no me enseñaron las palabras.

Cierro los ojos,
navego en el tiempo
y me repito una y otra vez
que lo malo no volverá.

He crecido, he cambiado...
y sigo viva.

Que revienten los gusanos
de la culpa y cicatricen
mi cuerpo.

La vida me lleva,
a veces me arrastra...
Y ya no hay vuelta atrás.

lunes, 16 de agosto de 2010

Heridas que no cura el tiempo



Considero muy importante cuidar a los ancianos en el seno familiar.
Hija de divorciados que soy, deseo como casi todos los hijos
de matrimonios separados, que mis padres vuelvan a estar juntos.
Cuando estén necesitados de atención, solo tendré que meter
a sus nuevas parejas en un geriátrico; después los cuidaré
a ellos dos en casa, donde los acostaré en la misma cama
hasta que mueran.
Ésta es para mí la idea suprema de la felicidad.
Sé que en algún momento podré hacerlo,
sólo tengo que esperar con paciencia.

Zonas húmedas, C. Roche

martes, 10 de agosto de 2010

Lost in...



Soy la Charlotte que no duerme.
La que mira mientras tú descansas.
Busco en medio de esta extraña ciudad
un destello que me guíe.
Una respuesta a brillantes luces de colores.

Después, pienso en ella.
En ese pelo que huele a dulces rosas.
Y en el color que ya no encuentro...
ni en sus labios, ni en mis bragas,
tampoco colgado en estas tristes lámparas.
Ni siquiera en esa peluca que soñaba con tener.

lunes, 9 de agosto de 2010

Sin sentido lo que siento.



Vivo, revivo y sobrevivo,
con la cabeza a varios pasos de mis pies,
a veces caótica y desordenada,
a veces refulgente y sensual.
Juego a ser lo que tú quieres que yo sea
y hay veces que vuelvo la mirada atrás.
Siento que no tiene mucho sentido esto que yo digo.
Pero tampoco necesito que se entienda.
Hay veces que no ahondo demasiado, por el miedo.
Hay días que dejo de soñar.