viernes, 27 de noviembre de 2009

Estigmas



Paseábamos el otro día por el Raval de Barcelona...
Raval o barrio chino, como peyorativamente se le conoce.
Nos explicaron ampliamente el porqué
de esta denominación para barrios que una vez fueron guettos, cuando
la única ley que existía era la de las mafias, y las personas malvivían
como buenamente les era permitido.
Recordé también cómo mi padre me explicaba el porqué
del barrio chino de Valencia, o barrio de las putas, como se le
llamaba, y me explicaba anécdotas de cuando era pequeño
y trabajaba con su padre vendiendo melones por allí.
Lo cierto es que siempre habla de eso con nostalgia y,
como nos explicaron en su momento, la gente de estos barrios
siente una amplia dicotomia que va del amor al odio por
ser de donde son y por vivir en donde viven.
Odio a los traficantes, la prostitución, los yonkis, borrachos,
los jóvenes que salen de fiesta y se mean en las calles,
maleantes, etc, etc. y a la vez amor a la cercanía de la gente,
a la tradición de un barrio, a la multiculturalidad, humildad,
trabajo, solidaridad, cooperación y un sinfín de sensaciones más
que no puedo describir, porque yo no vivo en donde ellos viven.
No vivo, pero me he acercado a mirar, por dentro de las calles,
a través de las gentes, por encima de la historia...
y la grata sensación que me he llevado del Raval
a las 11 del mediodía, no tiene precio ninguno...

el encanto de las flores...


el colorido de las calles...


la crítica de transeuntes,



el desprecio de la maldad,




el pluralismo de las gentes.



A veces merece la pena cegar las apariencias,
obviar las predicciones y solo acercándose uno
humildemente a comprobar la realidad
de todas aquellas cosas que se dicen, se consigue
sanar la herida, hacer la luz y cicatrizar, de una vez
por todas, con los estigmas que se imponen en la
cotidianeidad de nuestras vidas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Antiguamente, los barrios chinos eran muy familiares, porque las mujeres trabajaban para vivir. De un tiempo acá, los fantasmas que por allí pululan, son mujeres que -en su gran mayoría- tienen la sangre corroída por mezclas explosivas, y ya no sólo los chulos pasean por el lugar, sino camellos y demás fauna variopinta.

L dijo...

la semana pasada estuve durmiendo en el raval y no sé, hay de todo. a las 11 de la mañana habrán unas cosas y más tarde otras. hay de todo.

Abigail LT dijo...

Estoy totalmente deacuerdo contigo.