viernes, 21 de mayo de 2010

Sangre y tiempo


Como de una herida abierta,
que ahonda desde el centro de mi alma,
hacia el exterior,
siento que la vida se me escapa,
frenéticamente,
ahogándome entre borbotones
de sangre, minutos y lágrimas.
Alguna alegría se derrama tímidamente,
por un reguero que se pierde en la nada.
Son años, días, minutos... y a veces sigo teniendo
esa extraña sensación de no saber bien hacia
dónde voy.
Me siento como quien dijo:
la resignación es un suicidio cotidiano.
Mi problema es que llevo demasiados años
suicidándome.
Nunca he creido en la reencarnación.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó mucho :)
Esa foto está muy bien usada, aunque "tristes" que bella expresadas, esas palabras

alejandra dijo...

ME GUSTO MUCHO... MUCHO, MUCHO... siento ser tan simple... pero es que no hay más que decir

Merche dijo...

Pues deberías creer. Cada uno de tus poemas es una reencarnación.
Besos.